5. La primera revolución sexual (1960-1973)

«¿Puede acaso una mujer olvidarse del niño al que cría, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella lo olvidara –dice Yahvé–, yo no me olvidaré de ti» Isaías

5.1. SEPARACIÓN ENTRE SEXUALIDAD Y PROCREACIÓN

En los años 50 y 60 del siglo XX, en Puerto Rico se realizaron los primeros experimentos con la píldora anticonceptiva, el dispositivo intrauterino y la espuma vaginal a través de la organización puertorriqueña de planificación familiar Asociación pro Bienestar de la Familia, junto con el consorcio farmacéutico Searle and Co.
Se llevaron a cabo 1.956 experimentos con la píldora anticonceptiva Enorit. Tres mujeres murieron a causa de ello. No se consideró necesaria una investigación para determinar la causa del fallecimiento. Se llegó a la conclusión de que fue a causa del mal estado de salud de las mujeres sometidas al experimento. «Tres muertos no eran nada desacostumbrado durante un periodo de test». A las mujeres no se les informó sobre posibles efectos secundarios ni sobre los riesgos de estos experimentos con la píldora.
La primera revolución sexual es la consecuencia social del desarrollo de la farmacología contraceptiva que se implanta a finales de los años 60 y que de hecho divide la sexualidad en dos campos estancos. Por un lado está la capacidad de engendrar, y por otro, completamente separado, la capacidad de gozar de placeres específicos. Separamos sexo y procreación. Esto, en definitiva, supone un punto de partida nuevo en la historia de la sexualidad y de la cultura de los comportamientos: ya nada es como ha sido desde el principio. La palabra clave aquí es "píldora". La píldora anticonceptiva es de hecho el invento técnico que de manera más radical ha cambiado la vida de las personas desde que tenemos memoria histórica.
A finales de la década 1950-1960 llegó al mercado la primera píldora estroprogestínica, realizada por Gregory Pincus (1903-1967). Pincus contó con el apoyo, para su investigación, de Margaret Sanger y de Planned Parenthood Federation of America, de la que ya hablamos antes. Este dato muestra cómo la ciencia no trabaja por el puro deseo de conocer, sino desde ideas (en este caso, desde ideologías) y con la ayuda de dinero de quienes buscan alcanzar metas muy concretas. En el caso de la píldora anticonceptiva, el objetivo era claro: facilitar la vida sexual "liberada" completamente del "peligro" de un hijo.
El desarrollo de la anticoncepción hormonal significó, para muchos, un triunfo de la mujer, la liberación definitiva de su dependencia de la maternidad. Pero quedaron pendientes dos problemas de gravedad en todo lo que se refiere a la sexualidad humana. El primero se refería a los "fracasos" de los métodos anticonceptivos. Muchas mujeres quedaban embarazadas contra su voluntad, por no haber usado un buen método, o porque el método no funcionó correctamente. El segundo, a las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
La "solución" al primer problema (embarazos no deseados) no podría ser otra que la de aumentar la presión, a nivel nacional e internacional, para legalizar el aborto.
Respecto al segundo problema, resulta claro que la solución más eficaz (vale también para el primero: los embarazos no deseados) consiste en la abstinencia sexual y la fidelidad de pareja; es decir, en lo más opuesto de lo que buscan los defensores de la revolución sexual. Por ello se comprende que el condón o preservativo haya sido y siga siendo presentado por los promotores de la libertad sexual como una solución mágica que permitiría un "sexo seguro", libre y "responsable", sin los daños colaterales de una ETS o de un embarazo no deseado.

"Por lo tanto, cuando, a través de la anticoncepción, las parejas casadas quitan del ejercicio de su sexualidad conyugal su capacidad procreativa potencial, están reclamando un poder que pertenece únicamente a Dios; el poder de decidir en última instancia la venida a la existencia de una persona humana. Asumen el papel no de ser cooperadores en el poder creativo de Dios, sino depositarios últimos de la fuente de la vida humana. En esta perspectiva, la anticoncepción se juzga tan profundamente inmoral como para no ser justificada por ningún motivo. Decir o pensar lo contrario es igual a mantener que en ciertas situaciones de la vida humana puede darse como moral no reconocer a Dios como Dios". Juan Pablo II

«La anticoncepción convierte en un elemento extraño a la unión sexual el hacer un bebé. Hace que el embarazo parezca como un accidente de la unión sexual más que la consecuencia natural a la que deben prepararse individuos responsables. El aborto, por tanto, se convierte en razonable como una solución a un embarazo no querido. La anticoncepción permite a quienes no están preparados para cuidar un bebé mantener relaciones sexuales, cuando quedan embarazados, se resienten de que un niño no nacido se introduzca en sus vidas y se vuelven hacia la solución del aborto. No debería sorprender que los países que están impregnados por el sexo anticonceptivo, luchen con más fuerza por acceder al aborto que por asegurar que todos los bebés puedan sobrevivir tanto dentro como fuera del vientre materno. Es absurdo que los pro vida puedan evitar temas como la anticoncepción y la irresponsabilidad sexual y tener éxito en la lucha contra el aborto». Janet Smith

Las primeras píldoras producen muchos accidentes, mortales incluso. Algunas de las primeras fórmulas se desechan al demostrarse que producen cáncer de endometrio. Se extienden, después, toda una serie de anticonceptivos. Pero es un éxito-boomerang: ya no se trata de “mas hijos para los superiores y menos para los superiores” pues aunque primero se promueve entre “las mujeres inferiores” (negras, latinoamericanas, asiáticas, etc.) pronto se acepta entre “las superiores”. Y ocurren fallos: embarazos no deseados, también entre las superiores. El condón se desprestigia porque tiene más fallos que los anticonceptivos hormonales o los dispositivos intrauterinos. ¿Solución a los fallos? Legalizar el aborto e inculcar con costosas campañas mundiales que matar a un ser humano inocente e indefenso, si aun no ha nacido, es un legítimo derecho.

5.2. EL MOVIMIENTO HIPPIE

Surgido en la década de los sesenta. Presentan caracteres típicos de la Nueva Era, como el misticismo, el orientalismo, el retorno a la naturaleza, la revolución sexual, el pacifismo, el recurso de las drogas y, sobre todo, el utopismo expresado en su lema de "amor y paz".
La ideología Hippie surge de un estado de bienestar generalizado que vivía la sociedad occidental. Su defensa del amor libre, y la valoración de la juventud y la belleza sobre todas las cosas, tienen que ver con el anhelo que tiene la sociedad por poder llevar al máximo su hedonismo individual, por despojarse de las ataduras que le impiden o reprueban el goce del placer material y sensible. Esto trajo como consecuencia la aniquilación, por medio de la primacía del hedonismo materialista, de toda mediación entre individuo y mercado. Lo que le asestó el golpe de gracia al comunismo no fue la caída del muro de Berlín, sino la ideología hippie y su adopción por occidente gracias a la acertada difusión llevada a cabo por los medios de comunicación masiva. Paulatinamente fue socavando las frágiles bases de una conciencia que apelaba a la colectividad del individuo.

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